¿Nos ha convencido el primer álbum de Bicep?

Se ha hecho esperar el álbum debut de los ingleses BIcep, Andy Ferguson y Matt McBriar. ¡Por fin hemos escuchado su doble LP homónimo para Ninja Tune!

Se ha hecho esperar el álbum debut de los ingleses Andy Ferguson y Matt McBriar. Bajo el nombre de Bicep llevan produciendo música desde 2010. Su EP Vision of Love les lanzó a la fama y desde entonces se les reconoce por sacar EPs y edits que te has gozado más de una noche y han puesto del revés alguna que otra pista de baile.  Melodías altamente reconocibles, toques ácidos, Rolands 909s y un gusto por recuperar conceptos cheesys sin que suenen así: trance, house noventero y garaje son su santísima trinidad.

Su sonido, tan asociado a la pista de baile,  me parecía un poco alienígena para quedar bien en largo formato. Nada que ver la realidad, solo con que Orca empiece a sonar ya estás absorbido en este doble LP homónimo editado por la mítica Ninja Tune.  Con este Bicep el dúo de productores han demostrado que pueden hacer un trabajo de largo formato rico y variado (y no estamos hablando de un muesli con chocolate) que tanto nos sirve para escuchar en casa como para rescatar alguna de sus piezas para la pista.

A nada que le pegas un par de vueltas al disco te das cuenta de que todos los temas encajan perfectamente con el universo Bicep aunque a veces sus temas se sitúen en galaxias algo más lejanas. No es un disco de singles cosa que se agradece, para eso ya tenemos sus EPs, es un disco de los de volver a darle al play en cuanto para.

Las percusiones de Glue nos dejan locos y Kites nos lleva por las nubes. Y sin darte cuenta ya estás poniendo el segundo disco que detona con Spring, poniendo la épica con sus melodías sintetizadas y sus vocales etéreas. Esta segunda mitad es mi favorita, además de las mencionadas hay que añadir con la locura pasada de vueltas de los arpegios de Drift.

Ya acercándonos al final aparece Rain, una de las bombas de made in Bicep.  Con ramalazos ácidos pone en juego un bombo de club y vocales con abundante eco de esas que dan ganas de bailar como el Oráculo de Delfos en 300. El equilibrio del disco se puede percibir en cada pequeño grupo de canciones que entre ellas forma un arco completo con introducción, nudo y desenlace y tras él vuelta a empezar.  Ayr, etérea, Vale cercana el synth pop y Aura cierra de manera brillante esta trilogía con sonidos más club.

Después de haberlo tenido en bucle casi un mes puedo decir que en su primer LP Bicep  han demostrado riqueza y variedad fuera del terreno de los creadores de singles en los que se mueven como pez en el agua. Creo que me lo voy a volver a poner ahora mismo…

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