Chocolate caliente sobre plátano, buena música, un pizzero entrando hasta la cocina y, debo decir, mucho sirope de caramelo sobre carne humana vi yo también; bueno, todo eso y mucho más en ese exclusivo primer encuentro de Domingos y Domingas. Así de directo es el nombre de esta fiesta que, parece, va a ser la primera de muchas.
El pasado domingo 17 de octubre fue el día para ese primer encuentro en la ciudad de Barcelona. Ya la imagen transmitía algo especial y el cartel invitaba a pensar en bailar desde las 18 horas en que se abrió, hasta el maldito último tema que tuve el placer de poder pinchar en ese cierre de las 03 de la madrugada.
Lo que está claro, es que muchos se quedaron sin poder venir, lo exclusivo del emplazamiento así lo requería. Lo que sí debes saber es que no era un club de baile ni discoteca al uso, había mucha más miga detrás. Ahí es donde reside la verdadera magia del asunto; secretismo, extravagancia y cierto desenfreno en lo que pasó a ser un club de baile molt calent junto al conocido Tibidabo de Barcelona, en el barrio de la Bonanova. No, el lugar no lo voy a desvelar. Si lo quieres saber, te apuntas a la próxima y au.
Bendito placer de resaca este pasado lunes, dulce y especial 🙂