Hace unas semanas estuvimos por Madrid en la segunda edición del festival Paraíso. Aquí os contamos los más y los menos de los dos días en los que se desarrolló el festival en el recinto de la Complutense.

Viernes

La primera jornada se presentaba interesante, y así la vivimos. Aunque me dolió, me tuve que perder el directo de Maribou State por cuestiones de logística; eran unos de los encargados de abrir el festival y tengo constancia de que no decepcionaron. El primer escenario al que me dirigí al entrar fue al Club, donde vimos a IAMDDB, que nos sorprendió para bien, una actuación sobrada de ritmos y que animó mucho a arrancar al personal.

A continuación teníamos una cita obligada con el dúo Bob Moses. Empezaron con una energía que no les abandonó en toda su actuación, mezcla de dj set y live, los australianos contaban con el plus de la voz en directo, que hizo que a más de uno se le pusiera la piel de gallina. Mi favorita, “Enough to Believe”.

Y de ahí nos íbamos a estrenar el escenario Manifesto con el live de Nicola Cruz. De lo mejorcito del festival el ecuatoriano, que aunque hizo exactamente lo que se esperaba de él (ya no sorprende tanto como hace unos años), sus sonidos étnicos, sumados a unas visuales eclécticas, hipnotizaron a un escenario bastante lleno para las horas que eran.

Hicimos el intento de ver a Chvrches, pero desistimos antes de cumplir el minuto. Era un grupo que no pegaba nada con la línea del evento, y menos a esas horas. Nos desplazamos entonces al cierre de Moscoman, que estuvo más que correcto. Otro de mis favoritos de la jornada, que estuvo a la altura de lo que pedía el público pero sin pasarse.

Teníamos muchas ganas de ver a Cerrone, aunque solo llegamos al final ya que tuvimos que hacer parada en boxes para reponer fuerzas. Pero lo que vimos nos gustó y la sensación del público era buena. En el siguiente tramo horario estábamos divididos entre Polo&Pan y Talabot. Aunque después de acercanos un rato a este último, tuvimos claro que preferíamos la primera opción. Demasiada caña para mi gusto por parte del de Hivern Discs, o quizás le pillamos en mal momento. Polo&Pan en cambio fue otro acierto, un set muy jugón, variadito y con ritmo, como a mí me gusta.

Ya para terminar nos decantamos por el escenario Manifesto, pero el cierre de Young Marco fue algo confuso. Aquí los de la casa teníamos muchas esperanzas en su set, ya que lo habíamos disfrutado en un Días de Campo. En mi opinión, su actuación fue bastante lineal hasta casi el final, donde parece que resucitó un poco el recuerdo que teníamos de él. Una pena cerrar la primera jornada con este sabor agridulce.

Sábado

Comencé el segundo día más tarde de lo pretendido, y por ello acabé perdiéndome dos de las actuaciones que teníamos marcadas en la ruta. Dos actuaciones que, por lo comentado con compañeros de otros medios, acabaron siendo de lo más destacado en los dos días de festival. Hablamos de Or:la, DJ en alza que supo adaptar al público presente en el Club a base de un discurso menos housero y más enfocado hacia el Electro o el Techno; y de Channel Tres, que con una puesta en escena muy básica supo ganarse a todo aquel que se pasó a bailar por el Escenario Paraíso.

Al entrar volví a dirigirme directamente al Manifesto, donde pasaría gran parte de la segunda jornada. Allí estaba Max Abysmal, comenzando a desarrollar un set alejado del sonido Disco y House que había predominado el día anterior -a excepción de Orpheu The Wizard-. El holandés apostó por ritmos más lentos y contundentes, adecuados a la hora y al cansancio arrastrado por los asistentes. Calentó el asunto a la perfección, utilizando algún que otro tema de Red Axes y soltando el ‘Love In Motion’ de 100 OHM para finalizar el set por todo lo alto.

Su relevo lo cogería Millos Kaiser, pero decidí mover hacia el Club por la curiosidad de bailar un rato a dos de los nombres que más fuerte están pegando de la escena. Los últimos compases de Carista valieron para comprobar su buen hacer tras los platos y su buen gusto a la hora de seleccionar. Apostando como no podía ser de otra forma por sonidos tribales y houseros, cayeron buenos bailes a base del edit de los Detroit Swindle al ‘A Ka Titine’, el ‘That Piano Track’ de Cell Out o el ‘Only Human’ de KH -que además no sería la única vez que lo escucháramos esa noche-.

Con Peggy Gou asomando tras Carista, el escenario comenzó a llenarse siendo la única vez que me sentí agobiado en todo el fin de semana. La surcoreana optó por la opción más facilona, subiendo los bpms y repartiendo buena cera para un personal entregado desde el principio. Con ese discurso y el poco espacio que había para bailar, decidí mover de allí para pasarme por el Nido, escenario dedicado al talento local. Allí estaban JAI y Damaru, cabezas pensantes del colectivo Possible Others que nos cautivaron a poco más de 100 bpms con temas como el ‘Boing Boom Tschak’ de Kraftwerk o el ‘Ghost Train’ de Richard Sen. Me pasé allí todo el set, y no sentí ninguna lástima de haber renunciado a Peggy Gou o a Millos Kaiser. Ahora bien, poco antes de que finalizasen sus dos horas tocaba mover de nuevo al Manifesto para disfrutar de la que a la larga sería la mejor sesión del festival.

Las dos horas de Motor City Drum Ensemble se me pasaron volando. El alemán, con la pista bastante llena, se movió entre el Disco y el House como quiso, tirando de alguna que otra rareza y aprovechando hits como el edit de los brasileños Selvagem al ‘I Feel Love’ de Donna Summer titulado ‘Amor’. Vimos a Danilo suelto desde el principio, y eso se notó al igual que se nota que Madrid le tiene mucho cariño. El ‘Love Tempo’ de Quando Quango o el ‘Shining’ de Venus Dodson son algunas de las perlitas que fue soltando para acabar su set con una gran ovación.

El cierre del Manifesto corría a cargo de Antal, el pez gordo de los peces gordos. Todo olía a que el repaso que podía pegar era de los de dejar huella, pero al poco tiempo de empezar, el sonido bajó notablemente. Varias veces fueron las que vimos al holandés soltar la rotatoria y dirigirse al técnico de sonido para pedir que lo subiesen, pero ni aún así. De todas formas, su discurso a medio camino entre el Disco y el “World Music” fue quedándose cada vez más pastoso para las horas que eran. Quizás con el sonido adecuado se hubiera atrevido a ir subiendo las revoluciones, quién sabe. Al final, los momentos que podemos rescatar son los que vivimos con el ‘Starlight’ de Index, el edit de Gerd Janson y Shan al ‘Heaven’ de los Gibson Brothers y el ‘Only Human’ de KH de fondo.

Quitando fallos como el bajón del sonido a última hora -que dejó un sabor agridulce a todos- en esta segunda edición el Paraíso Festival ha vuelto a demostrar un gran nivel, dejando claro que es el festival que Madrid necesitaba. Siguiendo esta línea, esperamos que el evento haya llegado para quedarse durante muchos años más.

Crónica viernes: Ester Galiana

Vídeo MCDE: Electrónica & Roll

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