Reflexionando sobre la historia de la música -y más concretamente de la electrónica- nos vienen a la cabeza numerosos nombres de auténticos héroes. Ejemplos de ello pueden ser los que a mediados de los 80, en Detroit, comenzaron a explotar sus máquinas al máximo para dar forma al Techno, entre los que podríamos nombrar a Juan Atkins, Kevin Saunderson, Derrick May o Jeff Mills entre otros. También nos viene a la cabeza la figura de Aphex Twin, que viene seguida de muchos artistas responsables de redefinir o crear un nuevo estilo y una nueva manera de ver e incluso sentir la música. Pero son muy pocos los nombres femeninos que podríamos nombrar en comparación con los masculinos. Es por eso que, aprovechando el día de hoy, voy a presentaros a 4 mujeres que dejaron huella y no han sido tan reconocidas como los mencionados anteriormente.

Suzanne Ciani

Armada con un Buchla Analog Modular Synthesiser, esta estadounidense de origen italiano fue la responsable de crear jingles para los anuncios de marcas como Coca-Cola. Pese a que sus efectos de sonido fuesen muy demandados, lo más destacado de esta artista es su música y sus paisajes sonoros. A principios de los 80, Ciani empezó a fusionar el New Age con sonidos electrónicos que acabaron desembocando en la creación de su propio sello, Synthetic Wave.

Eliane Radigue

Los trabajos más importantes de esta francesa fueron elogiados por su pureza y su contribución al reino de los trabajos sonoros, los cuales comunican esa sensación de poder transportarte simplemente dándole al play. Tras perderse una época por el Tibet para explorar el budismo, en sus obras posteriores se aprecia el efecto del tiempo pasado a través del control de largos y mediativos zumbidos.

Clara Rockmore

Nacida en Lituania, tenía todas las cualidades necesarias para pasar a la historia como una virtuosa del violín. Fue una niña prodigio que, con tan solo 5 años, viajó a Rusia para entrar en el Conservatorio Imperial de San Petersburgo. Pero una enfermedad ósea derivada de su desnutrición infantil hizo que se inclinase hacia el Theremin, al que consideró como el salvador de su cordura musical. Trabajando con un instrumento que producía un sonido similar al del violín, Clara ayudó a desarrollarlo y propuso varias mejoras al inventor, las cuales fueron aplicadas en versiones posteriores.

Delia Derbyshire

No podíamos terminar el artículo sin la mención a la ‘escultora del sonido’, que un día se acercó a los Decca Recordings Studios de Londres para ser rechazada por ser mujer y posteriormente consiguió un puesto como asistente en un estudio de la BBC. A raíz de esto, el ejecutivo del estudio Desmond Briscoe descubrió como era Delia y la contrató para Radiophonic, su taller experimental en el que estuvo trabajando 10 años. Uno de sus trabajos más importantes fue el de realizar los primeros temas electrónicos utilizados en televisión, como por ejemplo la música de la serie Dr. Who, la cual fue creada junto con Ron Grainer pero no incluyó a Delia en los créditos por la política de la empresa.

Aquí acaba nuestro pequeño homenaje a mujeres que, seguramente, mereciesen más de lo que tuvieron. Un pequeño gesto que esperemos ayude a concienciarnos de que ellas valen lo mismo -o más- que ellos.

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